Loca, de siete ojos que no ven
de veinticuatro dedos que cambian, siendo iguales
de treinta cabellos
que a veces es uno más
y de repente dos menos.
Doce son las voces que contienes
y trescientos sesenta y cinco tus gritos
que, a veces,
es uno menos, que callas,
pero igual se siente.
Te celebro cada uno
tus ochenta y seis mil cuatrocientos momentos
que uno a uno pasan
y no los detengo.
Loca que vendrás por siempre
y yo, tu hijo
tu amante tu devoto,
que me crío en ti, que soy tus entrañas
y no salgo porque no es momento.
Loca, que eres vida mía
vida de un año, un mes, un segundo
vida de un día, que sólo me darás a luz
cuando la muerte se presente.