Tus compases desentonan
con la velocidad de este mundo
Sin compasión; con pasión,
He dicho que detienes el tiempo
y que estremeces mi alma
llena de supuesto valor.
¡Eres un escándalo!
Mujer silenciosa, dura e intelectual,
de palabras tiernas, que me quiebran
y por supuesto, que desprestigian
tu aparente frialdad.
Llámame, perseguidor de ellas;
llámame, cuando te sientas vacía
y solo estés llena, de lágrimas
que parecen ser eternas.
Vivo muriendo por ti.
Mi problema preferido.
¡Que desgracia!
Porque conserva un tacto tan especial,
para conmigo, pero con destino
a la contradicción;
hoy está aquí, mañana quizá
y eso me envuelve en aflicción.
¡¿Qué quieres ayudarme?!
Despreocúpate,
Solo sonríe y ve,
Como puedes resucitarme,
Mi anestesia.
Ódieme con ternura,
Ámeme en el olvido,
Srta. Dualidad.
Mi problema preferido.