Alguna vez hemos experimentado el miedo al compromiso, y solemos asociarlo con una boda o unos novios indecisos, pero lo cierto es que este paso en cualquier relación puede presentarse en momentos o circunstancias totalmente diferentes.
El miedo al compromiso surge muchas veces por unos malos hábitos sociales. Tendemos a pensar que la individualidad y la pareja son dos cosas totalmente opuestas, que la boda es una obligatoria prueba de amor, que debemos renunciar a nuestros sueños por esa estabilidad pero, ¿no se podrían combinar ambas partes?
El miedo al compromiso nace de unos factores sociales algo obsoletos, una obsesiva pretensión por definirlo todo en nuestra vida. La solución para combatir esto, es combinar el amor con los sueños y, ante todo, por vivir un bello presente con vistas a un futuro a corto plazo.